El Blog de Gerard Garcia-Gassull

El delito de cohecho

Las noticias en la prensa vienen cargadas habitualmente con escándalos de corrupción. Asimismo, observamos a diario situaciones en las que uno o varios funcionarios o cargos públicos obtienen dinero por hacer o dejar de hacer algo que favorece a quien realiza el pago. Suele suceder que ese pago lo realiza, directa o indirectamente, un contratista del Estado o de alguna de sus administraciones. 



Estos actos delictivos vienen perseguidos por el Código Penal mediante la configuración del delito de cohecho. En síntesis, decimos que el cohecho es un delito que consiste en que una autoridad o funcionario público acepta o solicita una dádiva a cambio de realizar u omitir un acto inherente.

El cohecho se configura de varias formas:

1.- Pasivo propio: Realizar en el ejercicio del cargo una acción u omisión constitutiva de delito (ya sea un delito contra la Administración Pública o no).

2.- Pasivo impropio: Consiste en admitir dádivas o regalos que le sean ofrecidos en consideración a su función o para la consecución de un acto no prohibido legalmente

3.- De recompensa o subsiguiente: Se solicita o recibe una recompensa por una conducta ya realizada o una decisión tomada. 

4.- En consideración del cargo: Admisión de dádiva o regalo realizado en consideración de su cargo o función, sin que ello comporte la realización de un acto concreto. 

En todos estos casos, si se consigue probar los hechos, el funcionario o la autoridad corrupta deberá afrontar una pena de cárcel. Con este redactado se exige que se demuestre la realización del acto concreto constitutivo del cohecho y la entrega de dádiva a cambio. La prueba de todo ello no resulta especialmente fácil para las autoridades. 

Hay una tendencia actual en considerar que en lugar de exigir la prueba de los hechos y la entrega de la dádiva baste la mera existencia de signos externos de riqueza cuyo origen no pueda acreditarse. Sin embargo, nuestro legislador ha preferido evitar esta consideración del delito y, a pesar de las reformas y de los escándalos prefiere el camino de prueba más tortuoso para los investigadores. 

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